Podría pasarme día y noche mencionando cada cosa que hacía más grande y vacio el hueco de mi estomago, esa pequeña porción que se ahonda, que se rompe, que te mantiene al borde de un llanto estruendoso o que te hace tener muecas en vez de cálidas sonrisas. Esas cosas que eran como desastres naturales en el alma, en los pensamientos. Esas cosas que te hacían dejar de cantar bajo la ducha y te hacían mirar al piso o te hacían cerrar los ojos y perderte en un mundo mejor: la imaginación. Allá donde todo es perfecto y no existen las muecas ni los vacios. Ese lugar donde cada decisión que tomas da buenos resultados. Cada semilla que siembras da buenos frutos… Y el agua rueda por tu cara, sigues en la ducha, vuelves a la realidad… al mundo de las muecas, de las miradas al piso.
Y empiezas a pedir en tu interior tener eso que deseas, eso que tanto anhelas, eso que sabes que está lejos de hacerse realidad. Lloras pero sigues pidiendo por eso. Te secas las lágrimas con un sentimiento de resignación creyendo que en un futuro lograras, con suerte, reírte de todo eso.
Y un día te decides a hacer algo distinto, ya no miras al suelo y buscas a tu alrededor. Nada interesante, la mirada abajo, como siempre. Y entonces, como si el mejor director escribiera el libreto de nuestras vidas aparece la luz al final del túnel haciéndonos volver la mirada arriba y está ahí, esa persona que te demuestra que es mucho mejor que eso que tú deseabas.
Volver la mirada arriba, dejar de tener una mueca, cantar bajo la ducha, salir de la rutina, reír a carcajadas, esperar el mañana con cierto anhelo, vivir el presente con pasión mientras recuerdas el pasado con ese suspiro de saber que por poco perdías la fe pero que ahora muestras una sonrisa sincera porque comprendes, ahora, que todo ese camino ha valido la pena. Y perdono y rio; olvido y canto; sonrío y pienso; conozco y admiro; converso y entrego; comparto y me guardo; escucho y aprendo…
Podría pasarme día y noche mencionando cada cosa que has hecho, que has cambiado, que has renovado en mí con tu existencia.


6 comentarios:

  1. Cantar en la ducha adema de ser genial es saludable .
    Ya has visto que no hay mal que cien años dure , y si piensas todo lo malo que tienes o te ocurre y haces una lista y piensas "todo esto pasará" seguro que pasa , tú sabes que todo pasa. ahora que vuelves a sonreír y a cantar no dejes de ver las sonrisas de los otros , los pequeños momentos de felicidad y no dejes de ofrecer y regalar tu bonita sonrisa
    Besos

    ResponderEliminar
  2. ME ENCANTÓ!!!!!!! *.*
    bonito y esperanzador!!


    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  3. Muy bonito, pero no creo que siempre sea tan fácil. Sin embargo, creo que es muy buen propósito llegar a ser feliz. Yo lo intenté, pero la felicidad que demuestro es tan genuina que pronto dejo de intentarlo. Me gusto mucho.

    Besos!

    ResponderEliminar
  4. Tienes un blog super bonito. Me encanta este post. Tienes una seguidora más a partir de ahora ^^. Te animo a pasarte por el mío a ver si te gusta http://sombrasdevida-rrivera.blogspot.be/

    Un beso!

    ResponderEliminar
  5. Muy bonito ;) Me encanta ;)


    Sigo tu precioso blog y espero que hagas lo mismo con el mio www.gabusiek.blogspot.com
    Un beso grande

    ResponderEliminar
  6. Me gussta, hay que sonreir mas seguido <3
    Saludoss

    ResponderEliminar

Recuerda que siempre podrás volver a este sitio.
Gracias por leer mi entrada.