Un día vi a una abuelita con su nieta, cuyo rostro estaba salpicado de pecas brillantes. Los niños estaban esperando en una fila para que un artista pintase sus caritas con patitas de tigre.
-Tú tienes tantas pecas que él no va a tener donde pintar – le gritó un niño de la fila en tono burlón. Sin causarle gracia, la niña bajó su cabecita. La abuelita se agachó y le dijo:
Adoro tus pecas.
- ¡Pero yo no! – respondió.
- Cuando yo era niña, siempre quise tener pecas – le dijo, pasando el dedo por la cara de la nieta. – ¡Las pecas son tan bonitas!
La niña levantó el rostro:
- ¿Tú crees que lo son?
- Claro, dijo la abuelita. Nombra una sola cosa que sea más bonita que las pecas.
La pequeña, mirando el rostro sonriente de la abuelita, respondió:
- ¡Las arrugas!.
Aquel momento me enseñó para siempre que si vemos a los otros con los ojos llenos de amor, sólo veremos belleza en ellos porque el cariño tornará invisible cualquiera de sus defectos.
“Las arrugas indican donde estuvieron las sonrisas”

3 comentarios:

  1. Wao! que Bonito!
    Sin duda si a mi me hubiese ocurrido algo parecido, se me hubiese cambiado el día y tendría una sonrisa de oreja a oreja.
    Esa es la grandeza del amor.
    Excelente anécdota
    Saludos =)

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  2. awwwwww que divertido, quee tierno :3

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  3. Que linda entrada, nos seguimos en formspring?

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