Qué bonito es el destino que le ayuda a la vida a darnos una lección.
Me he topado con cada personaje y he confundido a unos cuantos con el amor de mi vida… pero no me culpo, se parecían bastante.
Hace no mucho tiempo me tope con uno que parecía un sueño y me mantuve entusiasmada pero de a poco se fue marchitando… y lo que era entusiasmo se convirtió en tristeza y desesperanza.
Andaba dando pena por ahí  contando la historia y nombrándolo cada 5 minutos. Preguntando por él a todos… aburriéndolos en fin.
Y en ese tiempo de sentirme vacía, sin pensarlo, me encontré con mi suerte. Estaba sentado en una silla de plástico con la mirada perdida y parecía fastidiado. Trate de animarlo pero me asusto su actitud ruda así que lo deje y me fui… volvió y empezamos a bailar, a conversar…
Que así simplemente ya me salvo? No… incluso creo que todavía no estoy del todo a salvo pero cuanta diferencia con la de antes.
Fue poco a poco… palabras, abrazos, besos, bromas y unas cuantas hermosas canciones. Estuve como muerta en vida, como si no pudiera sentir mientras lo sentía todo. Pase confundida… pero el nunca se fue… estuvo ahí, sabiendo siempre que decir. Es mi compañero, le puedo contar todo sin sentir vergüenza o temor. Sin sentir temor de que me vaya a juzgar. Y sabe bien que yo también estoy ahí para él, siempre. Desde que estoy con el… tener paz en mi vida tiene otro significado. No significa reservar un rincón del mundo… significa vivir. Sentirme feliz de vivir… eso me hace sentir el. Y cuando siento que voy a reventar en llanto porque la incertidumbre y el fantasma del pasado regresa a mi… él con una simple frase y un beso en la frente ahuyenta todo… sabe como despejar mi mente de dudas.
No solo le agradezco lo que ha hecho y sigue haciendo en mí, se lo aplaudo.

1 comentario:

Recuerda que siempre podrás volver a este sitio.
Gracias por leer mi entrada.